miércoles, 25 de marzo de 2009

Y CONTINUAMOS LUCHANDO

Como heredero de la LOU, el Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre, por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales, allana el camino para la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior y no ha hecho más que reafirmar la tendencia hacia la mercantilización del sistema educativo público, hacerlo rentable y atractivo para las inversiones privadas.

De las sucesivas declaraciones, normas y actuaciones, por parte de las administraciones públicas, se puede deducir sin mucha dificultad que, a cambio de estas inversiones, las universidades ofrecerán un doble servicio: Por un lado, seleccionar (según criterios e intereses privados) una minoría de profesionales y técnicos cualificados para ocupar puestos de responsabilidad, tanto en la Administración como en las empresas. Por otro lado, rebajar la valía de muchos estudios "menos rentables", lo que unido a que muchos estudiantes no podrán (sobre todo por motivos económicos) terminar su formación o acceder a una educación de calidad, proporcionará una mano de obra menos cualificada, que favorecerá el abaratamiento de los costes a los empresarios.

Este es el debate de fondo, el que eluden para no reconocer sus verdaderos objetivos; por este motivo los estudiantes nos hemos movilizado, hemos preparado el campo de batalla, con información, asambleas y organización, para evitar una considerable pérdida de derechos.

En una carta confidencial, los rectores de las cinco universidades más duramente afectadas por las protestas contra el “Plan Bolonia”, han pedido ayuda a Màrius Rubiralta, Secretario de Estado de Universidades. En ella, según EL PAÍS, advierten que el movimiento tiene dimensión estatal y se recrudece. Éstos han pedido ayuda al gobierno frente a lo que consideran un problema… Añadían en la carta que estas protestas, sumadas a las reivindicaciones propias del PAS y de amplios sectores del profesorado, hacen difícil la gestión del cambio para la creación del Espacio Europeo de Educación Superior.

Recordemos que, en Huelva, miles de estudiantes de institutos y universidad se han venido manifestando desde noviembre para mostrar su repulsa ante este nuevo ataque a la Educación Pública, auspiciado por las instituciones europeas y refrendado por nuestro gobierno que, lejos de aplicar las medidas progresistas para las que fue votado, ha lanzado un feroz ataque contra el sector de la educación pública.
Tampoco ha tardado en responder con crudeza a la petición de ayuda de los rectores, reprimiendo por medios policiales a muchos compañeros, y lanzando una campaña de difamación y criminalización contra los estudiantes que se manifiestan pacíficamente en todo el Estado.

En medio de este clima, no es de extrañar que las luchas hayan proliferado, especialmente en aquellos lugares donde la articulación y organización del movimiento estudiantil se ha consolidado, permitiendo recuperar la calle del abandono; más aún tras la aparente derrota de los estudiantes en su lucha contra la LOU.

Tampoco debemos olvidar las luchas que, a día de hoy, nos sirven de inspiración. Esta reforma ha causado el comprensible rechazo de gran parte de la comunidad educativa, en el seno de la UE, pues han violado la soberanía de los pueblos, y han priorizado el interés privado sobre los intereses públicos. En Grecia, por ejemplo, la lucha estudiantil y su vinculación con las reivindicaciones de los trabajadores han paralizado el país, a lo que el gobierno conservador ha respondido con violencia contra el pueblo, recurriendo a métodos fascistas y a provocadores violentos para intimidar y dividir el movimiento. En toda Europa, las protestas continúan...

Estamos ante una lucha en la que los estudiantes solo podemos y debemos ganar. No se trata solo de frenar el Plan Bolonia, sino de conquistar nuevos derechos. Por ello, desde Estudiantes Progresistas alentamos a todos los estudiantes a continuar con las movilizaciones, a impedir que recorten nuestros derechos, más aún cuando los jóvenes somos los más vulnerables ante una crisis que se recrudece por momentos, y de la que sólo nuestra unidad y nuestra lucha nos podrán sacar.

LA REDACCIÓN

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